XXVII CARRERA INTERNACIONAL NOCHE SAN ANTON



Impresionante, es el calificativo que más se adapta a este maravillosa carrera. La expedición partía en torno a las 15.30 desde la plaza de España, como es habitual en el viaje, las risas y el buen rollo se respiraban en el ambiente incluso antes de partir. El viaje a Jaén se hizo muy corto entre historietas, risas y comentarios, en especial en la parte trasera, donde nos reunimos un grupete de aquí te espero.
Una vez llegamos a Jaen, la expedición abandona el autocar y comenzamos a deleitarnos con la gran preparación y ambiente de la prueba. Tenían razón tanto Fran como David con sus elogios hacia esta carrera. Un sinfín de cañones de luz, música, speakers, luces... engalanaban la avenida principal, donde se comenzaba y a la vez se terminaba la prueba.
La noche iba cayendo, resaltando mucho más el colorido. La gente comenzaba a agruparse a los lados de la gran avenida, armados con antorchas.
Aproximadamente a las 19.00, tomaban salida los atletas de las categorías inferiores, los cuales recorrieron una distancia aprox. de unos 4000 mts, entre ellos, dos de nuestros peque-deportistas, Constan y Mateo, atletas y triatletas a la vez y que obtuvieron unos meritorios puestos, entre los más de 700 jovenes.
Una vez terminada la prueba de las categorías inferiores, los mayores comenzamos a calentar sobre la última recta de salida y llegada subiendo y bajando en reiteradas ocasiones sobre la misma.
En torno a las 19:45 la sesión presencial de fotografía, para posteriormente dirigirnos al control de salida. Aqui en este punto, no se como, ni porqué me despisto del grupo, terminando dentro de una gran maraña de corredores en la parte trasera, junto con Rosa, Miguel Tomás y alguno más. Ya no había remedio, esto era lo que había, a lo lejos y junto al arco de salida, una mancha rosa y negra identificaba al resto de los manchathones codeándose con los morenitos y con Marta Dominguez.
Llegaba el momento de la salida, comenzaba el festival, avanzábamos como una gran legión romana, codazos, empujones, salto de carritos de niños y alguna llave de defensa personal. Pasamos al segundo km y del comienzo del tramo de subida, el embotellamiento continua, aunque haciendo eslalom se podía progresar. Las subidas como es habitual en mí, se me hace cómoda.
De repente una imagen queda grabada en mi retina, es un corredor en silla de ruedas... estamos subiendo una avenida con un porcentaje aprox de 7 u 8%, va muy atrancado, casi apenas progresa, al revasarlo, giro la cabeza y aprecio el gesto de sufrimiento. En mi mente y aunque suene vulgar !!vaya par de cojones!!, es impresionante la capacidad de sufrimiento que puede llegar a soportar el cuerpo humano.
El ambiente es inmejorable, somos una procesión de corredores y no hay un hueco vacio donde no haya público con antorchas. !!alucinante!!
A la par mía llega un bombero o al menos, así lo indicaba su indumentaria y su corpulencia, avanzaba entre la gente, como si de un juego se tratase, decido seguir su estela, como así fue. Una vez en la parte más alta de la carrera, incremento un poco el ritmo y avandono a mi compañero de trabajo. Comienzo a descender hasta afrontar la última recta de llegada subiendo, donde la gente aníma a los corredores, algunos de ellos ya maltrechos por el recorrido. Llego a meta, cómodo aunque mi crono muy discretito 41.30 seg.
A ver si a la próxima me ando un poco más listo y no me pilla la marabunta. De todos modos, puedo afirmar y afirmo que a día de hoy, es la prueba más bonita en la que he participado y que sin lugar a dudas y si nada lo impide, el próximo año participaré de nuevo en ella.

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